Escrito por Eddy, el otaku galante.
Dice García Marquez “El sexo es el consuelo de los que han
perdido el amor”.
No hay frase más exacta
que esa, piensa Cesar. Mientras se da vuelta en su cama, después de varios
movimientos por fin se queda boca arriba. Abre sus ojos, no tiene ganas de dormir.
Tan solo se queda mirando al techo mientras recuerda aquella vez.
¡Ah!, como olvidarlo. Mi primer contacto con el sexo (risa). En ese
entonces debí tener unos 9 o 10 años.
Recuerdo que estaba jugando con mi hermano en el patio de la casa, sudando bajo
el implacable sol de la tarde. De pronto mamá nos llamó desde el interior de la
casa, acudimos presurosos creyendo que estaría enojada por ensuciar la ropa que
teníamos puesta. Pero al llegar no
encontramos una cara de enojo sino a una madre sonriente, acompañada por una
chica.
De pronto se acercó a su
acompañante y le dijo: “Mercedes quiero presentarte a Cesar que es el mayor y a
Marcos, que es a quién vas a cuidar”. Ni
corta, ni perezosa Mercedes se abalanzó hacia nosotros y nos abrazó tan fuerte
que tuve el deseo de golpearla.
Luego del abrazo del oso,
mi madre le dio a Mercedes un tour por toda la casa mientras platicaban sobre
la familia. Resulta que esa chica es mi prima y había llegado a casa para ser
la niñera de mi hermano.
Mi hermano corrió de
vuelta al patio, pero yo no. Me quedé en el lugar que estaba, mirando a esa
extraña chica que sonreía mientras hablaba con mi madre. Quién iba a pensar que
aquella chica, inocente a primera vista sería una pedófila asalta cunas amante
del sexo. Su facha escondía la lujuriosa parte de su personalidad, ese peinado
con cachitos incluidos, esa agradable sonrisa y su forma de vestir tan inocente
y recatada. Nadie sospecharía de ella, era el atuendo perfecto.
Volví al patio a seguir
jugando con mi hermano. Pasó un buen tiempo hasta que vi a Mercedes acercarse a
nosotros diciendo. “Vamos a que se bañen, están muy sucios” y con una gran
sonrisa nos llevó hacia el cuarto de baño.
Mercedes desvistió a mi
hermano y ambos entraron al baño, yo me quedé afuera esperando. De pronto
escuché risas tanto de ella como de mi
hermano, lo que me extrañaba pues pensaba que tiene de divertido bañarse. Pero
luego escuche que ella decía “Te gusta no. Bandido”. Me sorprendí aún más,
entonces me acerqué a la puerta. No me percaté de que hice ruido, de pronto mi
prima sonrió y dijo” Tranquilo Cesar, ya mismo te toca”.
Después de un momento
Mercedes salió con mi hermano en brazos y entró al cuarto contiguo. Luego
volvió, me tomó por el brazo y me metió al baño tan rápido que no tuve opción a
nada.
El interior del baño
estaba inundado por el shampoo de fragancias marinas, tal y como decía la
etiqueta. El vidrio empañado y una mujer desvistiéndose a mi lado. Qué más
querría yo ahora, pero en ese tiempo mi yo no sabía nada.
Llevó sus manos a su
cuello, desató el nudo y su vestido blanco cayó al suelo. Seguí con mi mirada
todo el viaje del vestido hasta que llegó al piso. Luego, lentamente subí la
mirada. Unas bien contorneadas y blancas piernas aparecieron ante mí, mi boca
abierta delataba mi sorpresa. Mercedes sonrió, se sentó en el piso y recostó su
espalda a una de las paredes. Luego me dijo “acércate”, como un poseído que no
tiene control de su cuerpo acudí hacia ella, me arrodillé y contemplé su
figura.
Continuará.............
No hay comentarios:
Publicar un comentario