Afortunadamente para mí y talves desafortunadamente para tí, no existe ningún método mágico para vencer ese miedo. Simplemente hay que viajar.
Mi viaje no fue extenso, ni salí del país. Sólo fueron tres días pero puedo decir, absolutamente seguro, que he superado ese miedo. Tengo más confianza en mí y en mis capacidades. Ese fue el objetivo desde el inicio. !Vencer el miedo a viajar solo!
A continuación pasaré a relatar brevemente mi viaje.
Día 1.
El día anterior al viaje, estaba convencido de que lo haría. Pero cuando llegó el día del viaje, empecé a buscar pretextos para no salir de casa. "No es necesario" , "Voy a gastar dinero" , "No tengo que demostrarle nada a nadie". Esos pretextos y otros intentaban detenerme; sin embargo me obligué. Mientrás bajaba las escaleras sentía mucha presión interna, quería dar medía vuelta y abandonar esa idea; pero me enojé conmigo mismo y seguí obligandome hasta que salí a la calle.
Mientrás más me alejaba de casa, disminuía mi miedo y aumentaba mi confianza. Poco a poco mejoraba mi ánimo y un sentimiento de ansiedad por ver que me traería la aventura que estaba emprendiendo llenaba mi cuerpo. Cuando me percaté de eso, entendí que lo que me impedía viajar no era el miedo, sino la comodidad a la que estaba acostumbrado.
Tomé dos buses y viajé alrededor de 8 horas para llegar al destino que había elegido como el inicio de todo y el final de todo. Al llegar a "Baños de Agua Santa" tuve que caminar varios minutos en busca de alojamiento; visité varios hostales y hoteles hasta que encontré una opción barata y cómoda. En esta busqueda de hospedaje pude confirmar el siguiente refrán " La tercera es la vencida". Exactamente, después de escuchar "20 dólares" , "no hay habitaciones". Encontré una que se adaptó a mi presupuesto.
Pasó lo mismo con la comida, después de un buen baño. Salí en busca de algo que llenara mi estómago. Debo decirlo, el ambiente en esa ciudad es de fiesta continua, luces, negocios, gente caminando, bares, etc, etc. Miraba de izquierda a derecha, todos los restaurantes tenían platos sobre los 4 dólares. Eso era casi la mitad de lo que me costaba una noche en el hostal. De nuevo apliqué el siguiente dicho "El que busca encuentra" y !pum!. Ya me encontraba frente a una merienda, compuesta por sopa, arroz con carne y su vaso de jugo correspondiente por el módico precio de 2,75.
Con la barriga llena y el corazón contento fuí a dormir.
Día 2
Desperté tarde. Salí de la habitación y me dediqué a explorar la ciudad. Pasé toda la mañana de arriba abajo. Visité un museo, admiré el trabajo de un artista, casi me confunden con un ladrón en una tienda de artesanías XD, visité parques, entre otras actividades. En este punto comprendí algo, cuando viajas te preocupas, únicamente, por lo que haras ese día y no por el mañana o el ayer. En esta situación se aplica, realmente, el siguiente refrán. "Vive un día a la vez".
Día 3
Al ser mi último día decidí que debía practicar, al menos, un deporte extremo. Para esto el día anterior había reservado tres deportes extremos, puenting es decir lanzarte de un puente, Canopi es decir pasar de una montaña a otra colgado de un cable y parapente es decir volar con una especie de paracaidas. Comencé con el "canopi", no tuve miedo. Fue una sensación de relajación extrema a pesar de que estaba colgado a más de 200 metros de altura. Lastimosamente el puenting no logré realizarlo. Luego vino el parapente, todo estaba listo, estabamos en una de las montañas más altas. Todos extranjeros, excepto yo. Pero el clima no ayudó, la neblina no desapareció y todos algo decepcionados volvimos a la ciudad. A pesar del 2 a 1 que recibí no me siento decepcionado. El viaje fue todo un éxito. Cabe aclarar que todos recibimos nuestro dinero de vuelta de los deportes que no se realizaron.
Mientras regresaba a casa, sentí, no sé si llamarlo tristeza o nostalgía, pero sentí algo mezclado. Pensaba que después de ese primer viaje nacería en mi la llama del viajero incanzable, pero no. En cambio estaba tranquilo, no pensaba en cual sería mi siguinte destino. Ni nada por el estilo.
No sé cuando, ni cúal será mi siguiente lugar a visitar. Pero de algo estoy seguro, volveré a viajar.